Ayudar… No ayudar… Ayudar…

 

 

Mientras la población libia se enfrenta a una crisis humanitaria y a la vulneración constante de sus derechos humanos, la comunidad internacional responde de la mejor manera que sabe: reuniéndose para discutir cómo actuar. 259.590 personas han cruzado las fronteras de Libia para buscar protección en los países vecinos.

El principio de la responsabilidad de proteger, queda una vez más como una herramienta de buenas intenciones. Lo único que hace es resaltar la hipocresía de la comunidad internacional, que como dice el dicho español, prefiere ver los toros desde la barrera.

Se estima que durante la crisis 400.000 personas abandonaran Libia, y de las que se queden, más de 600.000 personas necesitaran ayuda humanitaria urgente. Para ayudarles solo se ha podido cubrir un 42% de los 160 millones dólares que se necesitan para planificar la respuesta humanitaria en los tres primeros meses de la crisis.

No hemos aprendido nada desde los Grandes Lagos, y el mismo desamparo que sufrieron los ruandeses, es al que estamos sometiendo al pueblo libio. Solo queda esperar a que los líderes internacionales deshojen la margarita y decidan como responder mejor. Lamentablemente, como en 1994, cuando queramos movernos será demasiado tarde.

 

 

 

 

© Luis de la Fuente Martin 2011

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